Poner una vivienda en alquiler puede ser una excelente forma de obtener rentabilidad, pero también implica riesgos. Uno de los más temidos por los propietarios es el impago de rentas por parte del inquilino. Ante esta situación, el seguro de impago de alquiler se ha convertido en una herramienta esencial para proteger la inversión inmobiliaria.
¿Qué cubre un buen seguro de impago de alquiler?
Esta póliza cubre mucho más que la simple renta mensual. Sus garantías suelen incluir:
✅ Pago de rentas impagadas
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Se indemniza al propietario con hasta 12 o incluso 18 meses de alquiler, en función de la modalidad contratada.
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El pago se activa tras un periodo de carencia (normalmente dos o tres mensualidades impagadas).
✅ Asistencia legal y desahucio
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Gestión completa del proceso judicial de desahucio, con abogados especializados.
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Redacción y revisión del contrato de arrendamiento conforme a ley.
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Reclamación amistosa y judicial de las cantidades debidas.
✅ Daños al inmueble y vandalismo
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Algunas pólizas cubren también los daños intencionados que el inquilino pueda causar en la vivienda.
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Se puede incluir también la limpieza y vaciado si se abandona el piso en mal estado.
✅ Defensa jurídica integral
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Defensa en conflictos con la comunidad de propietarios, ocupación indebida o reclamaciones de terceros.
¿Cómo se contrata y qué requisitos hay?
Para contratar el seguro, la aseguradora realiza un estudio de solvencia del inquilino. Se verifica su nivel de ingresos, antigüedad laboral y si figura en registros de morosidad. Una vez aprobado, el seguro se puede suscribir incluso antes de firmar el contrato.
El coste del seguro suele oscilar entre el 3% y el 5% de la renta anual, una cifra muy asumible si se compara con el riesgo que elimina.
¿Quién debería contratar este seguro?
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Propietarios particulares que alquilan una o dos viviendas.
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Pequeños inversores con una cartera de inmuebles.
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Agencias inmobiliarias que deseen ofrecer un alquiler más seguro a sus clientes.
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