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El seguro Todo Riesgo Construcción representa una garantía clave para cubrir a los distintos participantes del proceso constructivo frente a los daños o imprevistos que puedan surgir durante la ejecución de una obra, aportando protección económica, respaldo técnico y estabilidad en el desarrollo del proyecto desde su inicio hasta su finalización.
El seguro Todo Riesgo Construcción (TRC) es una póliza que ofrece una cobertura integral durante la ejecución de una obra, protegiendo tanto la propia construcción como a los agentes intervinientes frente a los daños materiales que puedan producirse de forma accidental e imprevista.
Este seguro está diseñado para cubrir todo tipo de riesgos que puedan afectar al desarrollo del proyecto, desde el inicio de los trabajos hasta la entrega final de la obra. Entre los siniestros más comunes que cubre se encuentran: errores de ejecución, derrumbes, incendios, explosiones, fenómenos meteorológicos adversos, robos, actos vandálicos o daños por agua.
Además de cubrir los daños a la propia obra, puede incluir garantías adicionales como:
El tomador del seguro suele ser el promotor o el constructor, aunque todos los intervinientes (arquitectos, ingenieros, subcontratistas, etc.) pueden figurar como asegurados.
En resumen, el seguro TRC protege la inversión durante toda la fase constructiva, minimiza el impacto de los imprevistos y facilita el cumplimiento de los plazos y compromisos contractuales, siendo una herramienta clave para la gestión profesional de riesgos en obra.
El seguro Todo Riesgo Construcción es una cobertura integral diseñada para proteger una obra durante su fase de ejecución, desde el inicio de los trabajos hasta la entrega final. Su principal característica es que cubre prácticamente cualquier daño accidental e imprevisto que pueda afectar a la obra, lo que lo convierte en una herramienta fundamental para garantizar la continuidad del proyecto y proteger la inversión.;
Una de sus mayores ventajas es que unifica en una sola póliza la cobertura de múltiples riesgos, evitando contratar varios seguros por separado. Además, puede incluir a todos los intervinientes en la obra: promotor, constructor, subcontratistas, técnicos, etc., lo que simplifica la gestión y asignación de responsabilidades.
También destaca por su flexibilidad, ya que permite incluir coberturas adicionales como responsabilidad civil frente a terceros, maquinaria de obra, bienes preexistentes o pérdida de beneficios anticipados. Esto permite adaptar el seguro a la naturaleza y complejidad de cada proyecto, ya sea una edificación, obra civil o infraestructura pública.
Otro aspecto clave es que minimiza el impacto económico de los imprevistos, permitiendo continuar con la obra sin comprometer los plazos o el presupuesto. Además, suele ser exigido por entidades financieras y organismos públicos como requisito previo para ejecutar determinadas obras o acceder a financiación.
La intervención de una correduría de seguros en la contratación del seguro Todo Riesgo Construcción (TRC) es especialmente importante por varias razones clave, dado el nivel de complejidad técnica, económica y legal que implica este tipo de cobertura.
Una correduría aporta, en primer lugar, asesoramiento independiente y especializado, analizando las características concretas de la obra (tipo, duración, ubicación, valor asegurado, agentes intervinientes, etc.) para diseñar una póliza realmente adaptada a las necesidades del proyecto. A diferencia de un agente vinculado a una aseguradora, el corredor no representa a una compañía, sino al cliente, y su función principal es velar por sus intereses en todo momento.
Además, una correduría tiene acceso a múltiples aseguradoras del mercado, lo que permite comparar productos, precios, coberturas y condiciones especiales, seleccionando la opción más adecuada en términos de protección, calidad de servicio y coste. Esto es especialmente útil en obras complejas o de alta envergadura, donde los requisitos técnicos y contractuales pueden variar mucho.
Otro aspecto clave es su labor durante la obra: la correduría acompaña al cliente en la gestión de modificaciones, altas y bajas de maquinaria, ampliaciones de cobertura, certificados para terceros o administraciones, y adaptaciones a nuevas fases del proyecto. Su intervención facilita una gestión ágil y profesional del seguro a lo largo de toda la ejecución.
En caso de siniestro, su papel es aún más relevante. La correduría actúa como mediadora frente a la aseguradora, agilizando los trámites, defendiendo los intereses del asegurado y buscando la mejor solución posible para que la obra pueda continuar sin bloqueos ni sobrecostes innecesarios.
En resumen, contar con una correduría en la intermediación del seguro TRC aporta seguridad técnica, eficiencia administrativa y respaldo experto, ayudando al cliente a tomar decisiones informadas y a proteger correctamente una inversión crítica como lo es cualquier proyecto de construcción.
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